LAS REGIONES VITÍCOLAS DE
BURDEOS
De los viñedos de Burdeos nace el mayor número de grandes vinos del
mundo, sean conocidos o no. Está dividido en 53 denominaciones de
origen controladas con 100 000 ha de superficie plantada de vid. La
década de los 80 marcó un crecimiento constante en los rendimientos
por hectárea, superando los 5,5 millones de hectolitros, es decir 800
millones de botellas.
LOS
CHATEAUX DE BURDEOS
El concepto de château surgió de Burdeos. El término podría dar a
entender que a cada vino que lleva la etiqueta de un château
corresponde un edificio magnífico con almenas y torres, pero no es
así. Estos viejos castillos existen, pero son raros. En realidad, se
trata casi siempre de fincas dedicadas exclusivamente a la viticultura
y son pocas las que disponen de un auténtico castillo.
APELACIÓN CONTROLADA SAINT-ÉMILION
Esta famosa región dedicada al vino tinto se sitúa alrededor del
pueblo de Saint-Émilion, emplazado a unos 40 Km. al noroeste de |
Burdeos, en la orilla derecha del río
Dordoña. Las viñas cubren 5,450 ha con una producción anual promedio
de 2’770,800 cajas.
LAS ZONAS VINÍCOLAS
La denominación se reparte en nueve municipios, pero la mayoría de los
grandes châteaux están en Saint-Émilion. Otros cinco municipios pueden
adjuntar el nombre de Saint-Émilion al suyo: St-Georges, Montagne,
Puisseguin, Lussac y Parsac.
Las variedades de vinos de Saint-Émilion se explica por dos factores:
por una parte, la gran diversidad de suelos, subsuelos y microclimas,
y por la otra, la cantidad de productores independientes, más de 900.
La mayoría de las propiedades son pequeñas empresas familiares y aquí
se encuentra la mayor cooperativa de Burdeos, que tiene más de 200
miembros. El suelo fresco, arcilloso y rico en hierro está
particularmente bien adaptado a la Merlot, la cual ocupa las tres
cuartas partes de la superficie del viñedo, al lado de la Cabernet
Franc con un 20% y la Cabernet Sauvignon con un 5%.
La historia, la composición de los
suelos y el microclima de la región vitícola de Saint-Émilión y de
Libourne, en la orilla derecha del estuario, son muy distintos de los
de Médoc o Graves. Estos factores geológicos y climáticos, unidos a
las variedades dominantes: la Merlot, carnosa y de sabor de ciruela y
la Cabernet Franc, de maduración precoz, se combinan para crear vinos
finos, especiados y frutales, con una aceptable vinosidad y un buen
grado de alcohol, realzados por una cantidad suficiente de acidez,
taninos y otros componentes aromáticos.
LA
CLASIFICACIÓN DEL SAINT-ÉMILION
Los mejores vinos son clasificados como Premier Grand Cru Classé,
seguido del Grand Cru Classé y lo más importante es que esta
clasificación es revisada cada 10 años, siendo la última en 2006. Es
importante aclarar que los vinos considerados como Grand Cru no
pertenecen a una clasificación sino a una denominación de origen,
Appellation Contrôlée, la cual está sujeta a un control reglamentario
que también se revisa continuamente.
EL
ESTILO SAINT-ÉMILION
La multiplicidad de vinos hace literalmente imposible establecer un
estilo propio de Saint-Émilion. La calidad, sin embargo es innegable y
constante, hecho que podemos constatar en las grandes cosechas o años
excepcionales. |